Alergia a las pulgas o Dermatitis alérgica a la picadura de pulgas (DAPP)


La dermatitis alérgica a las picaduras de pulgas (hipersensibilidad a la picadura de pulgas) es una reacción inmunomediada a los alergenos presentes en la saliva de la pulga.

Es la enfermedad más común en perros y gatos en todo el mundo. Aunque las pulgas pueden ser las transmisoras de otras enfermedades que afectan tanto a animales como a humanos ( por ejemplo el Dipylidium caninum; es un cestodo de caninos y felinos domésticos; el humano es un hospedero accidental y la infección se presenta principalmente en niños, quienes se contagian al estar en contacto con las mascotas. La pulga es el hospedero intermediario de ésta parásito).

El problema más importante causado por este insecto es la hipersensibilidad y los signos dermatológicos resultantes que algunas mascotas desarrollan.

Investigaciones recientes han confirmado la reactividad cruzada alérgica entre pulga, hormiga negra, mosca negra y extracto de cucaracha.

Por ello, a pesar que la mayoría de las mascotas se han sensibilizado debido a la exposición a pulgas, es posible que puedan sensibilizarse por medio de la exposición a otros insectos. 

Biología de la pulga:


La pulga de gato Ctenocephalides felis felis  es la principal pulga causante de enfermedades alérgicas en perros y gatos en la mayor parte del mundo. Las pulgas de gato adulto son obligatoriamente ectoparásitos que no viven constantemente sobre el animal huésped, y pueden sobrevivir durante cortos períodos separados del huésped una vez alimentados.

A diferencia de muchas otras especies de pulga, la C. Felis no es una pulga de nido sino que vive, se alimenta y deposita sus huevos en el huésped; es la pulga adulta que al momento de alimentarse de la mascota, deja la saliva en la piel y desencadena las reacciones de hipersensibilidad.

En el ambiente, la pulga emergente es estimulada para erupcionar de su pupa cuando hay calor o dióxido de carbono de un mamífero cercano.

La mayor mortalidad de pulgas adultas en perros, y especialmente en gatos es debida al acicalamiento del pelaje de éstos.

Los animales alérgicos a las pulgas desarrollan capacidades de limpieza muy efectivas para expulsar a los parásitos que el causan malestar. Esto explica por qué la mayoría de los animales domésticos alérgicos a las pulgas suelen no tenerlas.

Las condiciones climáticas idóneas para la propagación y supervivencia de las pulgas, son una temperatura de entre 20 y 30 ºC con una humedad relativa mayor al 70% (Rust y Dryden, 1997).

Los huevos y heces de pulgas adultas, los cuales representan la mayor fuente de alimento para las larvas, están a menudo concentrados en las áreas donde duermen las mascotas o en sus cercanías.

Aunque las larvas pueden escabar e introducirse en alfombras, no pueden hacerlo en la tierra. Por otra parte, pueden moverse horizontalmente sobre superficies lisas bastante rápidamente para evitar la luz y el calor, ya que son susceptibles de desecación.

Al aire libre las larvas pueden ser fácilmente barridas por la lluvia. Las pupas pueden sobrevivir hasta varios meses y son la fase del ciclo de vida más difíciles de eliminar.
 
Elementos que provocan alergia a los alergenos de las pulgas

Se ha demostrado que proteínas presentes en la saliva de las pulgas, llamado Cte f 1 es el alérgeno causante de la alergia a las pulgas. El alérgeno es reconocido por el suero del 80% de los perros alérgicos a las pulgas (Mc Dermott et al., 2000).

La mayoría de animales, una vez alérgicos, lo son de por vida; en una minoría de casos el grado de hipersensibilidad puede reducirse, o incluso desaparecer (Halliwell et al., 1987).

Un número de estudios han demostrado que perros atópicos están predispuestos al desarrollo de DAPP clínico. El control estricto de pulgas en éstos animales es de suma importancia.

En el perro, los signos clínicos clásicos son prurito intenso con erupción papular, frecuentemente afectando a la mitad caudal de la mascota, especialmente al área lumbosacra y a la base de la cola.

La mayoría de las lesiones son resultado del  autotraumatismo inducido por el  propio paciente, originando dermatitis piotraumática y en casos más severos un pioderma superficial.

En gatos con alergia a las pulgas  los signos clínicos son diferentes al de los perros y pueden variar desde una dermatitis miliar local o generalizada, alopecia focal o simétrica o placa eosinofílica.

Terapéutica y control

El mejor tratamiento va enfocado a eliminar completamente las pulgas, tanto del medio ambiente como de la superficie de la piel de las mascotas afectadas.

Esto se logra eficientemente en un esquema que consta de 4 puntos: eliminar las pulgas de TODOS los animales de la casa, eliminar las pulgas de todo el medio ambiente domiciliario, eliminar las pulgas del medio ambiente exterior y prevenir la futura exposición a pulgas y a animales infestados de pulgas.

Para un éxito a largo plazo, las recomendaciones más recientes incluyen usar un adulticida de pulgas, junto con un regulador de crecimiento de insectos (RCI) o un inhibidor del desarrollo de insectos (IDI). Esto es un intento importante para minimizar el desarrollo de las resistencias de las pulgas.

El control en el exterior incluye el uso de insecticidas estables a la acción de la luz ultravioleta en puntos clave, tales como áreas sombreadas, espacios poblados, rincones y bordes de jardines y patios y alrededor de la casa del perro.

Si se mantiene un buen programa de control de pulgas, el pronóstico es favorable para la mayoría de animales.